10 de diciembre de 2008

SEAN ETERNOS LOS LAURELES

Por Javier D'Alessandro

Podríamos definir a la democracia, de forma apresurada e imprecisa, como un sistema de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder esta en todos sus miembros. En ella, la toma de decisiones responde a la voluntad colectiva.

En sentido estricto la democracia es una forma de gobierno, de organización del Estado, en la cual las decisiones que afectan a todos son adoptadas por el pueblo. Mediante mecanismos de participación directa o indirecta, la voluntad popular le confiere legitimidad a sus representantes, quienes son los encargados de llevar adelante el gobierno.
En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que todos sus habitantes son libres e iguales ante la ley. En la democracia las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos preestablecidos, y la regla fundamental es el consenso.
En Argentina, el 10 de diciembre de 1983 recuperamos de una vez, y esperemos que para siempre, la forma de gobierno democrático-republicana. 25 años más tarde, surge la necesidad de reflexionar acerca de que democracia tenemos pero también que democracia queremos.

Un término histórico
El término democracia proviene del griego y fue acuñado en Atenas en el siglo V a. C. a partir de los vocablos "demos", que se traduce como "pueblo"; y "kratós", "poder" o "gobierno". Democracia significaría entonces "gobierno o poder del pueblo". De todas formas, el significado del término ha cambiado con el tiempo, y la definición moderna ha evolucionado mucho, sobre todo desde finales del siglo XVIII.
A partir de la Independencia de Estados Unidos en 1776 y la Revolución Francesa de 1778, emergió un nuevo concepto de democracia, alejado del ideal clásico ateniense. La característica principal de esta nueva forma de organización, la democracia liberal, es el derecho y la defensa de la propiedad privada.
Sin embargo, esta ha sido compatible con la restricción del derecho de las minorías. La esclavitud, el racismo y la falta de reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres son sobrados ejemplos de cómo las minorías quedan aplastadas por la "regla de las mayorías", donde quienes son más terminan haciendo fuerza de número y ganando beneficios sociales, políticos y culturales, o simplemente vetando las posibilidades de quienes son menos y también tienen derecho.
Desde mediados del siglo XX, con la vigencia de los derechos humanos, las democracias comenzaron a incluir un marco institucional que proteja los derechos de las minorías.

Democracia y Posmodernidad
Nuevos términos y nuevas definiciones nacen en el seno de la teoría democrática de cara a las transformaciones que propone esta nueva sociedad posmoderna. En la actualidad, las democracias se encuentran desarrollando complejos mecanismos articulados, con múltiples reglas de participación en los procesos de deliberación y toma de decisiones.
Existen distintos tipos de mayorías, y el verdadero poder de una democracia en las sociedades de lo líquido consiste en la división del poder real en múltiples micropoderes. Este poder no es ni más ni menos que la preservación de los ámbitos básicos para las minorías, lo que garantiza los derechos humanos de los individuos y de los grupos sociales.
Dos nuevos conceptos nacen en el amanecer del nuevo milenio, conceptos que se funden, se entremezclan y yuxtaponen, para afianzar los mecanismos de la democracia, aquel sistema de gobierno que, como diría Churchill, "es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás".
El concepto de democracia participativa propone la creación de formas democráticas directas para atenuar el carácter puramente representativo de la democracia liberal. Audiencias públicas, recursos administrativos, la figura del Defensor de pueblo, entre otras instancias son algunas de las transformaciones que propone y opera. Por otro lado, el concepto de democracia social propone el reconocimiento de las organizaciones de la sociedad civil como sujetos políticos. Consejos populares y diálogo social son dos términos que incorpora la democracia como propios. Mediante estos nuevos esquemas, las democracias posmodernas tienden a establecer un complejo sistema de mecanismos de control de los cargos públicos. En este nuevo proceso las organizaciones de la sociedad civil juegan un papel fundamental.
Con el retorno de la democracia en 1983 se generan una multiplicidad de organizaciones y de nuevos movimientos sociales. Según estadísticas del Ministerio de Desarrollo Social en Argentina existen más de 900 mil Organizaciones de la Sociedad Civil. La década de los 90 y su posterior desenlace en la hiper crisis del año 2001 habrían de crear las bases propicias para el desarrollo de este fenómeno.

La sociedad civil y el ejercicio de la democracia
Diciembre de 2001 marcó un hito en la historia de la democracia en Argentina. La consigna de "que se vayan todos" hacían sentir como crujían en su debilidad los cimientos de la representatividad en el país. Recuperamos la democracia hace algo más de 25 años, y, por suerte, esta se ha consolidado. Lo que es innegable es que se esta transformando.
Nuevos movimientos sociales y diferentes actores sociales que surgen ante el debilitamiento y el retroceso del estado. Un estado que no logra satisfacer a las históricas demandas sociales. El cambio que se produjo fue en la mentalidad. La necesidad del individuo de estar, de accionar, de controlar y fiscalizar.
Ya lo decía Silvio Frondizi, a principio de los sesenta. "Es de fundamental importancia promover nuevos órganos de contenido netamente popular con funciones de acción y poder. Los mismos deben estimular la participación activa y la intervención directa en la vida social y política. Partiendo del control de las organizaciones locales el hombre de pueblo, el trabajador, podrá ejercer efectivamente su papel de dirigente y lo hará en un régimen que, entonces sí, merecerá llamarse democrático".
Democracia es igualdad, son derechos y oportunidades. Democracia es poder hacer, es ser parte del poder para transformar, para construir. Democracia sos vos, soy yo, somos nosotros, somos todos. Una verdadera democracia es participar desde nuestro lugar para dejar de delegar en otros lo que nos corresponde como ciudadanos: hacer de nuestro espacio y de nuestro país un lugar mejor para todos.
Como escribiera Mariano Moreno en tiempos de la Revolución de Mayo "es justo que los pueblos esperen todo de sus dignos representantes; pero también es conveniente que aprendan por si mismos lo que es debido a sus intereses y derechos".
Los argentinos nos encontramos, en los albores del nuevo milenio, frente a un doble desafío. Por un lado, afianzar la estabilidad democrática conseguida hace 25 años. Por otro, asegurar la representatividad de todos los individuos, minorías y mayorías, en la nueva democracia del siglo XXI.

1 comentario:

Marcos Francese dijo...

Muy bueno el articulo. También analicemos en estos 25 años de democracia, la función y el poder de los medios de comunicación. Nadie habla de la ley de Radiodifusión de la dictadura...
Estoy viendo los distintos canales de noticias por lo de la marcha Contra el Hambre que convoca la Constituyente Social y todos los canales hablan primero del CAOS de transito en la Ciudad, a nadie le importa cual es el motivo de la convocatoria. Después todas las columnas llegaron a la Plaza y empezó a hablar De Genaro y nadie ponía el audio o las imágenes! Es increíble.
A esta hora nosé si termino el acto, si se suspendió, porque nadie muestra nada. Están hablando del recital de los Cadillacs. Pones la radio y tmb pasa lo mismo!!!.

Les dejo un artículo
http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-116424-2008-12-10.html

Saludos